
Mañana Nochebuena, pasado Navidad, ya estoy viendo en la calle un montón de niños nerviosos, pero más lo estoy yo, que me encanta esta época. Me paso todo el día cantandole villancicos tuneados y actualizados de mi propia cosecha a mi madre, que piensa que estoy como una cabra.
Hoy, ella, Cenicienta, no hay otra como ella. Yo creo que me viene la pasión desde entonces, desde que vi por primera vez esa película, o puede que sea por las otras 15 veces que la he visto después. La favorita de todas las niñas en el colegio siempre era La Bella, la mía La Cenicienta. Esa historia de amor, ese vestido, ese zapato.
Que paséis unas felices fiestas...